17/02/2011
En
un error de aquellos, el Departamento de Justicia (DoJ) y el de
Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos aplicaron el fin de
semana pasado la “Operación Protejamos a Nuestros Niños”
donde en teoría debían haber cerrado diez páginas web con
contenido pornográfico de menores, pero le pifiaron un tanto.
Junto con los sitios en cuestión bloquearon otros 83.990
dominios absolutamente inocentes. Cada uno de ellos lució
incluso durante días el característico pantallazo de embargo (en
la foto).
Los sitios correspondían en su mayoría a pequeños negocios o
páginas personales albergadas n el servicio de dominios FreeDNS,
que debió acatar la suspensión, pero -no con poco enojo-
hicieron pública su postura: “Freedns.afraid.org nunca ha
permitido este tipo de abuso de su servicio DNS. Estamos
trabajando para solucionar el tema tan rápido como sea posible”.
Pero pese a que ya fueron retirados los banners, el daño ya
está hecho y aún no hay respuesta alguna sobre cómo se cometió
semejante error. Muy por el contrario, la secretaria de
Seguridad Nacional, Janet Napolitano, salió al paso pero en vez
de explicar o disculparse, sostuvo que “cada año, muchos niños
son presas para los depredadores sexuales”. Así, no se avanza.
Este tipo de programas por la protección de los menores son
loables y necesarios, pero asimismo es vital que sean llevados a
cabo por gente idónea y las organizaciones ser transparentes en
cada proceder, ser capaz de explicar y -al menos- reconocer sus
fallas; en este caso, sus 84 mil fallas.
Fuente: http://www.fayerwayer.com