Caza furtiva y pérdida de hábitat amenazan supervivencia de Oso Andino

El ejemplar macho puede medir entre 1,5 y 2 metros, mientras que la hembra mide la dos terceras partes que su par.

 

 

La caza indiscriminada y la pérdida del hábitat del Oso Andino (Tremarctos ornatus) en Suramérica, constituyen las mayores amenazas para la especie.

Una de las razones por las que se cazan osos es la falsa creencia de que sus garras y otras partes del cuerpo tienen propiedades medicinales y afrodisíacas.

Además, el Oso de Anteojos, como también se conoce, pierde cada año entre 2 y 4% de sus hábitats en la coordillera de los Andes, de acuerdo a la investigadora asociada de la Fundación Andígena y del Proyecto Oso Andino, Imarú Lameda.

La experta ha dicho a EFE Verde que ni la destrucción de hábitats ni la caza tienen la atención necesaria de las autoridades y esa situación contribuye a las disminución de las poblaciones.

El Oso Frontino, otro nombre común que se le atribuye, se encuentra en desiertos costeros, bosques, punas, montes y páramos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela y no existen cálculos recientes sobre la cantidad de ejemplares.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UCIN) ha calificado al Oso Andino como una especie vulnerable, es decir, que no está en peligro de extinción, pero presenta condiciones adversas para su desarrollo.

"Las amenazas para los hábitats del Oso Andino se incrementan cada vez más, incluso en áreas protegidas. Es necesaria una vigilancia adecuada en la región. Se levantan centros comerciales o espacios residenciales sin pensar en las cercanías de poblaciones de osos", ha explicado Lameda.

La investigadora ha denunciado también que la cacería persiste en los seis países donde hay ejemplares del Oso. En todos, menos en Argentina, existen decretos y legislaciones que prohíben el tráfico y la matanza de estos animales.

"Los mitos sobre propiedades afrodisíacas o curativas del oso entre las comunidades de los andes promueven su caza en vida silvestre", ha dicho Lameda a EFE Verde.

Al Frontino también se le conoce en los diversos países como Oso de anteojos, Juco, Ucumarí, Panda Criollo, Oso Careto o el Oso de Páramo.

El ejemplar macho puede medir entre 1,5 y 2 metros, mientras que la hembra mide la dos terceras partes que su par. Suelen ser negros, aunque también los hay castaños,y presentan mancha en el cuello, el pecho, los ojos y hocico. Pueden llegar a pesar entre 90 y 180 kilos.

Según Imarú Lameda, se trata de animales onmívoros muy solitarios. Se suele pensar quesólo como hierbas, pero también tienen una dieta animal (insectos, roedores, peces, pichones, caprinos y vacunos). Y son infrecuentes los ataques a seres humanos.

"Los casos que se han reportado están vinculados a sucesos durante cacería de la especie. Lo que sí puede ser frecuente, de acuerdo al uso de las tierras, son los conflictos del oso por depredación de ganado doméstico o el ataque a sembrados", ha dicho.

En la actualidad, Lameda desarrolla sus tesis de postgrado en la Universidad de Salta (Argentina) sobre las relaciones tradicionales entre las culturas y los osos, es decir, las poblaciones cercanas a la vida de la especie, las creencias y los usos.

Fuentes: elespactador.com   

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